miércoles, 28 de mayo de 2014

ARTÍCULO DE L.T. ZAPATER ESPI: BALANCE DE LAS EUROPEAS 2014


 Opinión    EUROPEAS 2014: EL PRECIO DEL PREVISTO FRACASO DE LA UNIDAD.




Nacional
Luis-Tomas Zapater Espí.
Candidato de DN Europeas 2014.

Como candidato nº 1 por Democracia Nacional en las Elecciones al Parlamento Europeo de 2014 ha llegado la hora de hacer una valoración de la campaña. Es muy triste comprobar el mayor avance en la historia de las opciones patrióticas e identitarias en el resto de Europa mientas en España prevalece la desunión y el escaso aumento de apoyo popular, pero al menos nos consuela saber que somos los heraldos de un tiempo nuevo que más pronto o más tarde llegará a España como corresponde a la Ley Natural.



En lo que respecta a las elecciones en España, en primer lugar, quiero agradecer a los militantes, simpatizantes, amigos y familiares por el enorme esfuerzo desplegado con nuestros limitados recursos, en comparación con los grandes partidos y con algunos identificados como pertenecientes al “área patriota”. Sé que aunque ha habido un aumento del voto a nuestra formación, el resultado es muy ingrato por la inversión de tiempo, dedicación e ilusión de nuestros militantes que bien merecían otra cosa, pero lo último que hay que hacer en estas circunstancias es dejarse abatir y abandonar la lucha.


En segundo lugar, quiero mostrar mi gratitud hacia nuestro Presidente Manuel Canduela, por su generosidad no sólo al habernos cedido a otros candidatos los dos primeros puestos de la lista electoral de Democracia Nacional, sino sobre todo por su loable y desinteresado esfuerzo en el último y malogrado intento de lucha por la “unidad de las fuerzas patriotas.”


En tercer lugar, quiero agradecer a todos aquellos que en la jornada electoral cumplieron con su deber como agentes del orden, miembros, presidentes de mesa e interventores de otros partidos. En especial a aquéllos agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que exigieron el cumplimiento de la Ley a aquéllos responsables de mesas electorales que trataron de realizar maniobras ilegales para impedir el voto a DN, y a aquellos interventores que pese a la brecha ideológica que nos separa de ellos, no nos negaron un saludo, unas palabras o una sonrisa sincera. Quiero detenerme en este punto porque aunque no vale la excusa para justificar el escaso aumento de votos con las posibles irregularidades contrarias a la legislación electoral, pude comprobar en persona, como apoderado del partido el día de las elecciones, que en el 10% de los colegios que visitamos se cometió algún tipo de incumplimiento de la LOREG contra nuestra lista (ocultación de papeletas bajo las mesas electorales, camuflaje del voto a DN solapando papeletas de otros partidos, y otras argucias).

 Como Doctor en Derecho Constitucional, he percibido una cierta conmoción en vivo y en directo al comprobar el agudo contraste entre la teoría y la práctica electoral, lo que me parece impropio de un país que se supone pertenece al primer mundo. Escenas como las vividas por nuestros interventores en Alcalá de Henares, donde en flagrante ilegalidad se volcaron las urnas sobre las mesas para contar el desparrame de votos, las creía propias de la literatura del siglo XIX de la época del caciquismo de Cánovas y Sagasta, pero por desgracia son reales. Al margen de posibles acciones legales cuando y donde sea útil y pertinente, nuestra respuesta a estos hechos debe ser insistir en la acción y crecer en militancia, pues el día que seamos 50.000 no podrán ningunearnos, ni ignorarnos ni engañarnos con su farsa a la que llaman “democracia”.


Dejando al margen estos lamentables hechos, por cuanto sin ellos igualmente se hubiera estado muy lejos de conseguir un solo eurodiputado, quiero dejar constancia de que la principal ausencia de representación de las fuerzas patrióticas, pese al leve aumento de su respaldo electoral, ha sido el propósito deliberado de impedir, por parte de la mayoría de los dirigentes de la llamada “área patriótica” ajenos a DN, el que se consiguiera la unidad de los patriotas por medio del establecimiento de una lista única. Si sumamos los votos obtenidos por todas las opciones que se autodefinen patrióticas, obtendríamos una cantidad rondando los 80.000 votos. Dado que una lista única supone unificación de esfuerzos y multiplicación de resultados y sinergias, a partir de esta unidad se podría haber duplicado o triplicado el número de votos, obteniendo cuanto menos la mitad de los votos que ha obtenido el VOX.


Sin embargo, desde el primer día pude constatar que los mismos que clamaban -incluso berreaban- desde sus medios de comunicación por la unidad de los patriotas, hicieron todos los esfuerzos posibles para boicotearla; y así los insultos contra López Diéguez desde cierto medio de comunicación que se autoabanderó como el portavoz mediático de la unidad de los patriotas, o la descalificación de los dirigentes del LEM a Canduela tras haberle permitido negociar conmigo la unidad en nombre de su candidatura. Por todo ello, creo que si una cosa buena habrá tenido esta campaña es hacer abrir los ojos a la gente sobre quién de verdad quería la unidad, y quién no la ha querido y solo la pretendía de boquilla como propaganda engañosa; solo un necio o un intoxicador pueden decir a fecha de hoy que Manuel Canduela haya rechazado esa estrategia de unidad. Y vista la imposibilidad de la misma, y que los partidos ajenos a DN en su mayoría no la quieren, es hora de que la gente apueste decididamente por la única opción verdaderamente nacionalista española y con un programa que lucha contra las dos principales amenazas que penden contra nuestro pueblo: la desunión y la pérdida de identidad colectiva. Ningún grupo político que no tenga clara estas dos amenazas puede pretender erigirse en salvador de la Nación.


Dejando al margen el eterno problema del patriotismo español, y como conclusión general, cabe decir que lo positivo de estas elecciones es que el bipartidismo ya está herido de muerte. El sistema turnista, ese sucedáneo de democracia favorecedor de la corrupción como aquel otro que surgió en 1876 con la Restauración, está en crisis y entra en su recta final. Pero la respuesta ciudadana ha sido el pasotismo abstencionista o el voto anti-sistema a la desesperada apadrinado por el mismo Sistema. Una vez más, los habitantes de la Iberia nos convertimos en la cola del mundo. En el resto de Europa, donde se tiene más cultura y sentido común, se vota a las opciones del verdadero nacionalismo europeo ante el atropello a nuestros derechos cometido por Bruselas y su casta de lacayos liberales o socialistas. Votan a una Le Pen, a un Jóbbik o a un Amanecer Dorado.

 En esta España de charanga y pandereta se vota a PODEMOS, el último engendro del Sistema para canalizar desde el Sistema el descontento con el mismo, o incluso se apoya a las opciones que apuestan por la destrucción de nuestra Nación. Tenemos un panorama sombrío y pre-guerracivilista, porque la casta no se va a dejar arrebatar el poder fácilmente, pero los que pretenden sustituirla buscan sentar las bases para implantar una tiranía comunista en España al estilo de Cuba o Venezuela que es a lo que vamos, lo que será objeto de mi análisis en un ensayo posterior.

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