martes, 11 de marzo de 2014

X ANIVERSARIO DEL 11M. NOSOTROS NO HEMOS OLVIDADO NI PERDONADO EN ESTOS 10 AÑOS


EN DN Murcia no hemos olvidado ni perdonado a los traicioneros miembros del PPSOE que utilizaron la tragedia y la sangre derramada del pueblo español tanto como arma arrojadiza, como moneda de cambio en sus chalaneos políticos y en sus disputas mezquinas por la poltrona. Nuestro absoluto desprecio a ellos, a los terroristas ejecutores de la matanza y a los turbios promotores de la misma.

Recuerdo elaborado en el VIII aniversario: 11M Una historia de tantas. Alcalá de Henares

ARTICULOS  SOBRE EL X ANIVERSARIO EN LA PÁGINA DE DN:
Se van a cumplir diez años de los atentados que tuvieron lugar en Madrid el 11 de marzo de 2004 en los que murieron 192 personas y 1.500 resultaron heridas. Los atentados fueron atribuidos al terrorismo islamista, muriendo los supuestos terroristas en la explosión de Leganés el 3 de abril de 2004. Del resto, solo uno, Jamal Zougam, está en prisión por su presunta participación directa en los atentados y por el testimonio más que dudoso de dos inmigrantes rumanas. El resto de condenados lo fueron por pertenecer a grupos islamistas, no por participar en el 11-M.






Pero ¿es cierta la versión oficial?¿realmente fue un atentado islamista?¿fue un asunto interno o hubo intervención externa?¿cuál fue la causa?¿qué influencia tuvo la política internacional del momento en estos atentados?
Antecedentes históricos
Para entender el 11-M, primero hay que entender la política internacional de España desde hace unos trescientos años. La Guerra de Sucesión (1701-1714) fue una guerra europea en la que las grandes potencias (ingleses, franceses y austro-germanos) lucharon entre sí para ver quién se hacía con el control de España colocando cada uno al rey que le convenía. Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, las potencias fueron a la guerra, que en España tomó la forma de guerra civil. Pero al final, después de haber estado enfrentadas, las potencias negociaron y llegaron a un acuerdo en el que todos ganaron algo a costa de España: el Tratado de Utrecht. Los ingleses rompieron el monopolio del comercio español en América y se quedaron Gibraltar y Menorca, los germano-austríacos se quedaron con varios territorios españoles en Europa, mientras que Francia colocó a su peón para reinar en España, que podría ser usada como un trampolín hacia América.
España siguió siendo una potencia a tener en cuenta durante el siglo dieciocho, pero desde entonces siempre estuvo (y sigue estando) bajo la tutela de las grandes potencias del momento, sobre todo Inglaterra y Francia (más Estados Unidos a partir de 1945) y, en menor medida, Alemania. Estas potencias han discutido entre sí para ver quién se hacía con el control de España (en particular, para robarle a España sus territorios americanos) pero, al final, han acabado negociando acuerdos para arreglar la situación. Acuerdos en los que, generalmente, era España la que salía perdiendo.
Parecida situación se vivió en 1833 al morir Fernando VII. Empezó una guerra civil entre los partidarios del hermano de Fernando (Carlos) y de su hija Isabel. Franceses e ingleses apoyaron a los isabelistas mientras que rusos y germanos apoyaron a los carlistas. La victoria de los primeros hizo que España se convirtiera en un semi-.protectorado anglo-francés durante buena parte del siglo, siendo nuestro país incapaz siempre de llevar una política independiente. Hubo un momento de esperanza cuando el general Prim echó a los Borbones, lo que acabaría costándole la vida, dentro del contexto de la guerra franco-alemana que estaba teniendo lugar, provocada en parte por el deseo de Prim de poner a un rey no impuesto por extranjeros(1). En su asesinato participaron personas de las élites españolas de acuerdo con la masonería, franceses e ingleses, alarmados por el hecho de que Prim pudiera llevar una política contraria a sus intereses. Vemos que un hecho violento promovido por potencias extranjeras cambió radicalmente la historia de España.
Si el inicio de la perdida del imperio español fue el Tratado de Utrecht, el final tuvo lugar en 1898. Con el pretexto de la explosión del Maine(el primer auto-atentado de la historia moderna)Estados Unidos declaró la guerra a España, con el objetivo de hacerse con Cuba, Filipinas y varias islas españolas en el Pacifico. España pidió ayuda a Alemania. El país germano se había unificado en 1871 y se había convertido en una súper-potencia que amenazaba el poder inglés en el mundo. Por eso España le pidió ayuda. ¿Pero qué es lo que pasó? Alemania negoció con Estados Unidos y acordaron que Alemania no ayudaría a España a cambio de que los americanos no apoyaran a Inglaterra contra Alemania. Ambos países se repartieron los restos del imperio español. De nuevo las grandes potencias negociaron entre ellas usando a España como un cromo que se intercambia por otro. Y de nuevo el resultado es que España sale perdiendo.
En 1975 murió el general Franco. En treinta años, España había pasado de ser un país de 25 millones de habitantes, subdesarrollado y devastado por la guerra, a otro de 38 millones de habitantes, décima potencia industrial del mundo, segunda potencia pesquera, primera productora de frutas y hortalizas de Europa, potencia turística de primer orden, fuerte y patriótico ejército que tenía avanzado el proyecto de conseguir la bomba atómica…De seguir así treinta años mas, podría haberse convertido en una potencia de 50 millones de habitantes amenazando la hegemonía franco-alemana en Europa y con la capacidad de cerrar ese punto estratégico fundamental anglosajón que es el Estrecho de Gibraltar.
De nuevo, incluso desde antes de morir Franco, las grandes potencias maniobraron. Estados Unidos y Alemania financiaron a los grupos políticos que al morir Franco llegarían al poder, a la UCD (el PP de la época) y sobre todo al PSOE. Todo esto se plasmó en la llamada Transición y en la Constitución de 1978. A cambio de la ayuda, el PSOE se comprometía a destruir España para que nuestro país nunca fuera una amenaza para los americanos y los franco-alemanes. El PSOE, por orden de estas tres potencias, metió a España en diversos órganos globalistas, como la UE y la OTAN(en realidad en la OTAN nos metió la UCD, el PSOE ratificó el tema con un referéndum) y a cambio tuvo que destruir la industria española, el sistema educativo, el ejército, cerrar cuatro centrales nucleares y no construir ninguna más, reducir radicalmente la presencia de los sectores primario y secundario en nuestra economía, destruir demográfica y culturalmente a España, balcanizar el país, subir la deuda y los impuestos hasta niveles insostenibles…
Con todas estas medidas, una vez más, las grandes potencias consiguieron neutralizar España, siempre perjudicando a la población española, que hoy es víctima de toda aquella situación que se negoció hace treinta y cinco años.


 
Antecedentes recientes. La Red Gladio
Al acabar la Segunda Guerra mundial la preocupación de los políticos norte-americanos era evitar que una Alemania independiente y unida cayera en la órbita de la Unión Soviética, ya que habría nacido una súper-potencia que habría rivalizado con las potencias anglosajonas. Con ese objetivo los Estados Unidos crearon a la OTAN y lo que luego fue el embrión de la Unión Europea, para arrastrar a Alemania (o parte de ella) hacia Occidente, bajo la “protección” americana. La OTAN era una estructura militar bajo control norte-americano que, poco a poco, fue incluyendo a países de Europa Occidental. El general Franco se negó a que España entrara en ella.




Las semejanzas entre los atentados de Bolonia y de Madrid son innegables.


Pero la OTAN fue más que eso. Además de la estructura militar visible, la OTAN creó una serie de ejércitos semi-clandestinos por Europa Occidental. El objetivo oficial era entrenar a los distintos ejércitos europeos para prepararlos para una posible invasión soviética. Los objetivo reales eran dos: impedir que en Europa Occidental llegaran al poder partidos que pudieran hacer peligrar la hegemonía americana sobre Europa Occidental y eliminar a políticos molestos que no obedecían las órdenes del Imperio americano (Carrero Blanco, Aldo Moro). Cada país tenía su ejército semi-clandestino propio. En Italia, este ejército recibió el nombre de Gladio.
Es precisamente en Italia donde este ejército fue más activo. La forma de actuar de estos grupos Gladio era disfrazarse o crear grupos terroristas de ultraderecha y ultraizquierda que provocaban actos violentos y terroristas para:
-                     Forzar al gobierno del país en el que se realizaban las acciones a pedir la “protección” americana.
-                     Crear rechazo a las opciones políticas “radicales” que se oponían a esa protección para llevar al electorado a opciones “moderadas” de centro-derecha y centro-izquierda pro-americanas y pro-OTAN.
El atentado de Bolonia
El 2 de agosto de 1980 estallaron varias bombas en la estación de tren de Bolonia provocando 85 muertos y más de 200 heridos. De entrada se culpó a grupos tanto de ultraizquierda (usando a falsos testigos) como de ultraderecha. Años después, una Comisión de Investigación descubrió que, tras los atentados, miembros de los aparatos del Estado italianos relacionados con Gladio habían puesto pistas falsas para dificultar el proceso, incluyendo la colocación de una falsa bomba con explosivos en un tren. Los dos neofascistas condenados por el atentado siempre se declararon inocentes, declarando que una "estructura oculta dentro del Estado" y vinculada con la OTAN, estaba dando una "dirección estratégica" a todos esos atentados. Todo indica que fue una operación OTAN-servicios secretos italianos en el contexto de la reorganización del Mediterráneo que los USA llevaban a cabo en esos momentos. Las semejanzas entre Bolonia y el 11-M son evidentes, lo que hace pensar que el autor intelectual de ambos atentados pueda ser el mismo.
El terrorismo en España ¿Fue la Transición una operación Gladio?
El 20 de diciembre de 1973 fue asesinado el presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco. El almirante era un obstáculo para los intereses de USA, por lo que fue eliminado utilizando como peón al grupo terrorista de ultraizquierda ETA. El terrorismo continuó durante la Transición, mayoritariamente en su versión ultraizquierdista aunque también lo hubo ultraderechista. El resultado fue, por un lado, el reforzamiento de las opciones “moderadas” pro-americanas y el debilitamiento de las “radicales”. Por otro lado, ETA, a través de su oleada de asesinatos de altos mandos militares, descabezó al sector patriótico del ejército español que se oponía a la disolución de España en el Nuevo Orden Mundial y que nunca jamás habría permitido que se llegara a la actual situación de descomposición social y nacional. ETA siguió haciendo favores a las globalistas. Con su campaña contra la central nuclear de Lemóniz favoreció los intereses franceses. A cambio, el país galo dejaba que los etarras se organizaran en suelo francés. El gobierno francés usó a ETA como chantaje para conseguir todo tipo de cesiones del gobierno español.
El asesinato de Carrero Blanco fue el primer Golpe de Estado de la era moderna en España. El 23-F fue el segundo y el 11-M fue el tercero. Los tres tienen algo en común. Son llevados a cabo en momentos en los que el gobernante de turno en España está llevando a cabo acciones contrarias a los planes del Nuevo Orden Mundial: Carrero Blanco en 1973, Suárez en el 81 y Aznar en 2004.
¿Se desmontó Gladio tras el final de la Guerra Fría?
Tras la caída del muro de Berlín y el final del Comunismo, la OTAN se quedó sin su excusa oficial para justificar Gladio: la amenaza comunista-soviética. Aquellos grupos terroristas de la Guerra Fría desaparecieron (menos ETA, curiosamente) Pero USA-OTAN no tenía ninguna intención de marcharse de su “protectorado” europeo. No solo eso, sino que para implantar la Globalización Capitalista tenían que encontrar una nueva excusa para justificar su presencia militar, no solo en Europa, sino en todo el mundo. La solución se llamo “terrorismo islámico”. Es importante aclarar que no negamos la existencia de grupos islámicos violentos, pero es evidente la conexión de la llamada Al Qaeda (la nueva Gladio) con el eje Estados Unidos-OTAN-Israel-Arabia Saudí. La vimos en los años 80 en Afganistán, en los 90 en Serbia y Kosovo, en los extraños atentados del 11-S en 2001, hace pocos años en Libia y en la actualidad en Siria.


El 11 de septiembre.
El 11 de septiembre de 2001 tienen lugar los terribles atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono. En ese momento, todos creyeron la autoría islamista del mismo por parte de un grupo terrorista llamado Al Qaeda dirigido por un millonario saudí llamado Osama Ben Laden. Con el paso de los años esta versión oficial se ha ido desmoronando y son cada vez los indicios de que aquello fue un auto-atentado en el que participó parte de la élite norte-americana con la más que probable cooperación de elementos saudíes e israelíes.

La alianza de Aznar con Bush le acabó saliendo muy cara.
Sea lo que sea, el entonces presidente español José María Aznar vio su oportunidad. Después de obtener la mayoría absoluta en el año 2000, empezó a centrarse en la política internacional, buscando la manera de darle a España un papel importante. Además, se planteó la manera de terminar para siempre con la banda terrorista ETA. Aznar, que hasta ese momento había llevado una política internacional de neutralidad, vio los atentados del 11-S como su gran oportunidad para buscar el apoyo de los Estados Unidos. El 11-S había metido a Estados Unidos en la misma “guerra contra el terrorismo” en la que España llevaba décadas, por lo que Aznar vio en el pacto con los USA la manera de obtener tecnología punta en materia anti-terrorista y acabar con los apoyos internacionales de ETA. Además, los USA serían el aliado ideal para promover el papel internacional de España, ya que, a nivel europeo, el eje franco-alemán que controlaba la Unión Europea no iba a permitir que ningún otro país le hiciera sombra.
Enfrentamiento de España con el eje franco-alemán
Con el apoyo norte-americano, Aznar empezó a promover una alianza europea que hiciera de contrapeso al eje franco-alemán. Así, consiguió crear un eje España-Italia-Polonia-Inglaterra con el fin de liberar a España de la tutela alemana y, sobre todo, francesa. El país galo se había hecho con una parte importante de la economía española desde la Transición, y lo había hecho en parte forzando a los gobiernos españoles del PSOE a destruir la economía productiva española, usando en cierto modo a ETA como chantaje. A esto había que añadir la pinza constante que Francia hacía con Marruecos contra España. Aznar consiguió su primer gran triunfo con el Tratado de Niza, acuerdo europeo que aumentaba considerablemente la influencia española y polaca en la UE, a costa de debilitar la de Francia y Alemania. Enseguida, franceses y alemanes se pusieron a maniobrar para derogar dicho Tratado, pero Aznar bloqueaba el proyecto. A este conflicto se unía el que España tenía con Marruecos por el descubrimiento de petróleo en la zona marítima entre las Islas Canarias y el Sahara. Es en este contexto cuando se lleva a cabo la crisis de Perejil, islote español cerca de las costas de Marruecos, y que fue ocupado por soldados marroquíes.
Francia y Alemania se negaron a ayudar a España. Más bien lo contrario, ya que es evidente que Marruecos no lleva a cabo una acción como esta sin el consentimiento francés. No sólo eso, sino que el presidente francés Jacques Chirac, pidió a Aznar que “devolviera” Ceuta y Melilla a Marruecos. Tras varios días de tensión, el gobierno norte-americano intervino instando a los marroquíes a que se marcharan del islote, que fue recuperado por varios soldados españoles.
Más tarde, para aumentar aún más la tensión entre Francia y España, el gobierno de Aznar, de acuerdo con las potencias anglosajonas, envió dos barcos rumbo a Guinea Ecuatorial, país rico en petróleo. El motivo es aprovechar la ausencia del dictador Obiang para dar un golpe de Estado, echar a las petroleras francesas de Guinea y que las españolas se queden con su parte del pastel, que sería compartido con las petroleras norte-americanas que ya operaban en ese país. Pero Francia fue avisada a tiempo y la misión tuvo que abortarse.
La guerra de Iraq.
Las tensiones de España con los franco-alemanes y el incidente de Guinea tenían lugar en un contexto internacional más amplio. En concreto, en aquel momento toda la atención mundial giraba en torno a la Guerra de Iraq. Es en el año 2002 cuando el gobierno de George Bush empieza a hacer sonar los tambores de guerra contra el país árabe, con la excusa de que su líder, Saddam Hussein, planeaba entregarle armas de destrucción masiva a Al-Qaeda.
Los Estados Unidos fueron a la ONU para buscar cobertura legal, pero varios países vetaron el proyecto. Entre ellos estaban Francia y Alemania. Ninguno de los dos países creían los argumentos norte-americanos (con toda la razón, ya que eran evidentemente falsos) pero había algo más. Alemania, y sobre todo Francia, tenían acuerdos tecnológicos, económicos y energéticos con Iraq y una invasión americana de este país acabaría con los mismos. Era evidente que el Imperio americano quería hacerse con la mayor parte de las reservas energéticas posibles y que quería hacerlo a costa de Francia. Había más motivos para justificar la invasión, aunque poco se habló de ellos, incluso por parte de la izquierda anti-guerra.
Destruir a todos los enemigos de Israel en Oriente Medio era uno de ellos. Atacando a Iraq se derrocaba a Saddam Hussein, una de las mayores pesadillas de Israel durante décadas. Además, se rodeaba a Irán (los americanos ya estaban en Afganistán) que era el siguiente candidato a ser destruido, junto a Siria, como vemos hoy en día. Irán y Siria eran los principales apoyos de Hamas y Hezbollah, principales fuerzas anti-israelíes. Pero además de esto, Saddam había anunciado su intención de dejar de vender su petróleo en dólares para empezar a hacerlo en euros(1). Esto hubiera sido muy peligroso para los Estados Unidos, cuya hegemonía mundial depende de que su moneda, el dólar, sea la moneda principal en las transacciones internacionales.
Aznar vio una nueva oportunidad para profundizar en su estrategia. Junto al resto de países de la coalición europea alternativa a la franco-alemana, apoyó incondicionalmente a Estados Unidos en su guerra contra Iraq, ampliando así su enfrentamiento con Francia y Alemania (2)
(1)http://www.laondadigital.com/laonda/LaOnda/201-300/239/A3.htm
(2)http://www.lavanguardia.com/internacional/20030130/51262768794/la-guerra-contra-iraq-divide-a-europa.html

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