Relato de Mursilis I sobre las desventuras de varios
cortesanos y funcionarios de su padre Hattusilis I. Historias ejemplarizantes
sobre el pícaro Ziti que recibe su castigo por practicar una burda trapacería en el
protocolo palaciego, o la triste suerte del honesto Askaliya que termina marginado y sin comer
perdices, como indica sardónicamente el texo.
CTH 8
13. Ziti era copero. El padre del rey le encargó una copa
harhara de vino para Histayara y Maratti. Él ofreció al rey buen vino, pero a
ellos les dio otro vino. Maratti fue y le dijo al rey: “No han dado el mismo
vino”. Cuando el rey lo vio, aquel llegó y reconoció que era verdad. Lo
apresaron, se ocuparon de él y murió.
14. Askaliya era señor de la ciudad de Hurma y bajo todos los
conceptos era un hombre decente. Lo calumniaron ante mi padre, lo retiraron del
cargo y lo desterraron en la ciudad de Ankuwa. En Ankuwa lo hicieron
administrador. Era un hombre poderoso pero murió en la indigencia. En la ciudad
de Kuzzuru trinchaba perdices, pero en Ankuwa las perdices escaseaban.
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