Junto a un rácano limonero, entre malvas, borrajas y otras
flores silvestres, a la mano de cualquiera y sin ninguna protección se
encuentran, como vulgar escombro, cuatro sarcófagos de arenisca y
numerosos fragmentos de columnas y basas de la basílica paleocristiana
hallada en la urbanización Joven Futura, en Espinardo. 'La Verdad'
comprobó ayer, tras la pista facilitada por la Asociación para la
Conservación de la Huerta (Huermur), que los restos del siglo VI se
encuentran abandonados en un solar de la calle Jerónimo Tristante,
constituyendo una asequible tentación para los que ven en el saqueo
arqueológico un negocio.
En 2009 el presidente de la cooperativa, Ricardo Zamora,
señaló que estos restos se hallaban provisionalmente «almacenados» en un
solar que pertenece a la Junta de Compensación y que estaban «en
proceso de traslado a la Dirección General de Cultura». Pero lo cierto
es que dicho traslado no se ha efectuado en estos cuatro años y los
restos siguen estando a la vista de cualquier viandante.
El hallazgo de restos de época romana y visigoda en
terrenos de la urbanización Joven Futura, en Espinardo, supuso para los
cooperativistas un desembolso de más de 9 millones de euros y provocó
importantes retrasos en la construcción de varias manzanas de edificios.
La asociación de vecinos Senda de Granada denunció al entonces director
general de Cultura, José Miguel Noguera, tras cuestionar sus decisiones
sobre la protección de los vestigios, aunque la Justicia archivó el
caso negando que se hubiera cometido un delito contra el patrimonio por
permitir que continuaran las obras. Según el Juzgado de Instrucción nº
2, la actuación de Cultura fue «escrupulosa».
La primera fase de la urbanización ya ha concluido -unas
1.400 viviendas para jóvenes-, pero aún quedan pendientes de resolver
algunas cuestiones. La Consejería obligó a Joven Futura a conservar y
hacer visitables los restos de estructuras de ocupación tardorromanas
(de los siglos V-VII d.C.) y dos cubetas de aceña de época andalusí
(siglos IX-X) conectadas mediante sendas canalizaciones de anillos
cerámicos al antiguo cauce de la acequia de Churra la Vieja. Estos
vestigios aparecieron en las parcelas B y C, y por ahora no son
visitables. Joven Futura incluso barajó la posibilidad de que se
expusieran en un parque. Por su parte, en la manzana E salió a la luz lo
que Cultura describió como «restos de una basílica paleocristiana»,
posiblemente del siglo VI d.C., y un conjunto de sarcófagos «con una
factura bastante cuidada y hasta con broches de esmalte». La Consejería
apuntó que no había evidencias de este edificio; solo «huellas», porque,
según dijo en 2008 el entonces director general de Cultura, Enrique
Ujaldón, «fue arrasada» por algún factor. Parte de esos restos fueron
depositados en un terreno sin urbanizar y siete años después ahí
continúan, cubiertos por matorral, siendo el regio meadero de los perros
de la urbanización.
El arqueólogo jubilado Javier García del Toro, exprofesor
de la UMU y uno de los defensores de la fundación romana de Murcia,
volvió ayer con 'La Verdad' a Joven Futura después de varios años sin
pisar un territorio donde muchos vecinos le consideran «persona non
grata» después de su lucha para reivindicar el interés del hallazgo. «Me
he quedado de piedra», confesó Del Toro, «al comprobar que hay cuatro
catafalcos monolíticos, que podrían ser de nobles visigodos, tirados a
una burda escombrera. En dos de ellos aparecieron broches de oro y plata
con esmaltes polícromos aquiliformes (con forma de águila), que son
únicos en la cultura visigoda y comparables al tesoro de orfebrería de
Guarrazar (Toledo)».
Estas piezas a las que se refiere Del Toro formaron parte
de una exposición en el Museo Arqueológico de Murcia, bajo el título
'Regnum Murciae', y, según se indicaba en el catálogo, fueron utilizadas
por la población goda en un momento temprano, «del que hasta ahora
apenas había noticia en el sureste, dominado por los elementos
hispanorromanos». Respecto a la cronología, fueron fechados entre los
siglos V y VI d.C., una época en la que estos territorios estaban bajo
administración visigoda, siendo Teudis uno de sus reyes.
En la basílica paleocristiana de Senda de Granada se
descubrieron más de 20 tumbas que, según Del Toro, estaban orientadas a
la salida del sol, selladas con piedras (lajas) de arenisca. Los
esqueletos sobre los que encontraron los dos broches -que habrían
servido para atar sus túnicas- aparecieron en posición de cúbito supino,
como otros enterramientos de esta época, donde se han hallado asimismo
ajuares compuestos por collares de pasta vítrea, aretes de plomo y
bronce y placas de cinturón de bronce. La basílica de Joven Futura
apareció «arrasada» por motivos desconocidos, según Cultura, pero Del
Toro reparó ayer en su visita en la «monumentalidad» de los restos
debido al calibre de los fustes de columna arrumbados en el citado
solar. «Estamos ante unas tumbas regias, de gente posiblemente vinculada
a algún dux, que quería ser enterrada dentro de la misma iglesia para
estar cerca de Dios y ganarse su gracia. Pero tal y como están ahora,
en un penoso muladar, solo causan vergüenza. Es una barbaridad. Rogaría a
la urbanización que estas piezas de primer orden sean expuestas en una
plaza, porque tenerlas así es muy penoso».
Huermur, que tiene entre sus cometidos la vigilancia del
patrimonio, ha propuesto que estos sarcófagos de Senda de Granada sean
conservados en un sitio seguro y que cuando se restaure la Casa-Torre
Falcón sean trasladados definitivamente allí para que los ciudadanos
puedan verlos en un entorno adecuado. Huermur se pregunta igualmente qué
pasa con las aceñas, el horno y las estructuras que Cultura obligó a
conservar y aún no son visitables.
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