lunes, 30 de enero de 2012

EL SIGNIFICADO DE LA CABALLERIA MEDIEVAL

El caballero era ante todo el portador de la espada, que constituía su derecho y su deber. Su primera función era la protección de la propia comunidad humana y territorial frente a las ambiciones de poderes exteriores. La dedicación a las armas conllevaba un estilo de vida muy definido, y prestaba una conciencia de caracter singular, de pertenencia a un grupo escogido.

La caballería se consolidó entre los siglos X y XI. La amplitud del término caballero era notoria en esa etapa, puesto que encuadraba a individuos de diversa extracción social. Los principios  de admisión era el valor y la fidelidad personal, demostradas en circunstancias de peligro real. La pertenencia se veía complementada ( y desvirtuada en parte ) por el acceso mediante la heredabilidad del rango caballeresco. Algunos caballeros conformaban el séquito protector del señor, integrándose en su "casa"  tanto en el sentido de alojamiento como en el sentido de consideración familiar. Otros recibían  asignaciones de lotes de tierras que les permitían consagrarse al ejercicio marcial.

Ejemplos de mecanismos de promoción son los de los ministeriales, los caballeros villanos, los "pagenses milites", o los jóvenes segundones de la baja nobleza que esperaban poder encontrar un empleo bajon el patronazgo de un gran señor. De ahí la realidad de la "caballería andante" semilla del concepto romántico  pero originada por el carácter errabundo, a la caza de la fortuna. Hasta el siglo XII se puede rastrear como la pertenencia al rango servil no es obstáculo para integrarse en la caballería por méritos de armas.

El proceso de homologación entre caballería y nobleza, es, de hecho, lento y paulatino, con difrerentes cronologías e intensidades según de que reinos o feudos se trate. Esa identificación llegará  a partir del siglo XIII, contraponiéndose a una frágil y vulnerable infantería, teóricamente falta de principios morales.

En parte la especialización y el coste creciente del equipamiento del jinete explica la paulatina clausura del acceso al rango de caballero, puesto que la evolución hacia la hegemonía de la caballería pesada, la primacía de la carga inicial para quebrar el frente enemigo y los subsiguientes duelos individuales impedía a la mayoría de economías modestas poder seguir prestando esa clase de actividad militar.



La panoplia habitual constaba del indispensable medio móvil, el caballo. Los medios ofensivos: la lanza; la espada, que se convertiria en el elemento distintivo y simbólico por excelencia, y la armadura, tal vez el más gravoso y aparatoso. La flexible loriga o cota de malla se fue reforzando a lo largo del siglo XIII con placas que la convirtieron en una protección semirígida, que desembocó en el siglo XV en los arneses lisos de piezas articuladas. Todo a expensas de un aumento de precio y peso, un incremento que lógicamente obligaba a disponer de importantes rentas para poder ejercer adecuadamente como caballero.

Los aspectos defensivos se completaban con el yelmo y el escudo. El yelmo ( "helm" término germánico ) era un casco simple en sus comienzos, que se potencia en el siglo X con la incorporación de carrilleras, cubre nariz, y transformándose en una pieza cerrada al incorporarse la visera. El escudo variará en solidez, desde los modelos de madera recubierta de cuero y gran tamaño, hasta los modelos metálicos ( tarja ) más resistentes pero de menor tamaño, cuyas formas serán peculiares  dependiendo de los talleres de los que procedan y de la moda de cada época.

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