EN DN Murcia no hemos olvidado ni perdonado a los traicioneros miembros del PPSOE que utilizaron la tragedia y la sangre derramada del pueblo español tanto como arma arrojadiza, como moneda de cambio en sus chalaneos políticos y en sus disputas mezquinas por la poltrona. Nuestro absoluto desprecio a ellos, a los terroristas ejecutores de la matanza y a los turbios promotores de la misma.
Recuerdo elaborado en el VIII aniversario: 11M Una historia de tantas. Alcalá de Henares
Recuerdo elaborado en el VIII aniversario: 11M Una historia de tantas. Alcalá de Henares
ARTICULOS SOBRE EL X ANIVERSARIO EN LA PÁGINA DE DN:
Se
van a cumplir diez años de los atentados que tuvieron lugar en Madrid
el 11 de marzo de 2004 en los que murieron 192 personas y 1.500
resultaron heridas. Los atentados fueron atribuidos al terrorismo
islamista, muriendo los supuestos terroristas en la explosión de Leganés
el 3 de abril de 2004. Del resto, solo uno, Jamal Zougam, está en
prisión por su presunta participación directa en los atentados y por el
testimonio más que dudoso de dos inmigrantes rumanas. El resto de
condenados lo fueron por pertenecer a grupos islamistas, no por
participar en el 11-M.
Pero
¿es cierta la versión oficial?¿realmente fue un atentado islamista?¿fue
un asunto interno o hubo intervención externa?¿cuál fue la causa?¿qué
influencia tuvo la política internacional del momento en estos
atentados?
Antecedentes históricos
Para
entender el 11-M, primero hay que entender la política internacional de
España desde hace unos trescientos años. La Guerra de Sucesión
(1701-1714) fue una guerra europea en la que las grandes potencias
(ingleses, franceses y austro-germanos) lucharon entre sí para ver quién
se hacía con el control de España colocando cada uno al rey que le
convenía. Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, las potencias
fueron a la guerra, que en España tomó la forma de guerra civil. Pero al
final, después de haber estado enfrentadas, las potencias negociaron y
llegaron a un acuerdo en el que todos ganaron algo a costa de España: el
Tratado de Utrecht. Los ingleses rompieron el monopolio del comercio
español en América y se quedaron Gibraltar y Menorca, los
germano-austríacos se quedaron con varios territorios españoles en
Europa, mientras que Francia colocó a su peón para reinar en España, que
podría ser usada como un trampolín hacia América.
España
siguió siendo una potencia a tener en cuenta durante el siglo
dieciocho, pero desde entonces siempre estuvo (y sigue estando) bajo la
tutela de las grandes potencias del momento, sobre todo Inglaterra y
Francia (más Estados Unidos a partir de 1945) y, en menor medida,
Alemania. Estas potencias han discutido entre sí para ver quién se hacía
con el control de España (en particular, para robarle a España sus
territorios americanos) pero, al final, han acabado negociando acuerdos
para arreglar la situación. Acuerdos en los que, generalmente, era
España la que salía perdiendo.
Parecida
situación se vivió en 1833 al morir Fernando VII. Empezó una guerra
civil entre los partidarios del hermano de Fernando (Carlos) y de su
hija Isabel. Franceses e ingleses apoyaron a los isabelistas mientras
que rusos y germanos apoyaron a los carlistas. La victoria de los
primeros hizo que España se convirtiera en un semi-.protectorado
anglo-francés durante buena parte del siglo, siendo nuestro país incapaz
siempre de llevar una política independiente. Hubo un momento de
esperanza cuando el general Prim echó a los Borbones, lo que acabaría
costándole la vida, dentro del contexto de la guerra franco-alemana que
estaba teniendo lugar, provocada en parte por el deseo de Prim de poner a
un rey no impuesto por extranjeros(1). En su asesinato participaron
personas de las élites españolas de acuerdo con la masonería, franceses e
ingleses, alarmados por el hecho de que Prim pudiera llevar una
política contraria a sus intereses. Vemos que un hecho violento
promovido por potencias extranjeras cambió radicalmente la historia de
España.
Si el
inicio de la perdida del imperio español fue el Tratado de Utrecht, el
final tuvo lugar en 1898. Con el pretexto de la explosión del Maine(el
primer auto-atentado de la historia moderna)Estados Unidos declaró la
guerra a España, con el objetivo de hacerse con Cuba, Filipinas y varias
islas españolas en el Pacifico. España pidió ayuda a Alemania. El país
germano se había unificado en 1871 y se había convertido en una
súper-potencia que amenazaba el poder inglés en el mundo. Por eso España
le pidió ayuda. ¿Pero qué es lo que pasó? Alemania negoció con Estados
Unidos y acordaron que Alemania no ayudaría a España a cambio de que los
americanos no apoyaran a Inglaterra contra Alemania. Ambos países se
repartieron los restos del imperio español. De nuevo las grandes
potencias negociaron entre ellas usando a España como un cromo que se
intercambia por otro. Y de nuevo el resultado es que España sale
perdiendo.
En
1975 murió el general Franco. En treinta años, España había pasado de
ser un país de 25 millones de habitantes, subdesarrollado y devastado
por la guerra, a otro de 38 millones de habitantes, décima potencia
industrial del mundo, segunda potencia pesquera, primera productora de
frutas y hortalizas de Europa, potencia turística de primer orden,
fuerte y patriótico ejército que tenía avanzado el proyecto de conseguir
la bomba atómica…De seguir así treinta años mas, podría haberse
convertido en una potencia de 50 millones de habitantes amenazando la
hegemonía franco-alemana en Europa y con la capacidad de cerrar ese
punto estratégico fundamental anglosajón que es el Estrecho de
Gibraltar.
De
nuevo, incluso desde antes de morir Franco, las grandes potencias
maniobraron. Estados Unidos y Alemania financiaron a los grupos
políticos que al morir Franco llegarían al poder, a la UCD (el PP de la
época) y sobre todo al PSOE. Todo esto se plasmó en la llamada
Transición y en la Constitución de 1978. A cambio de la ayuda, el PSOE
se comprometía a destruir España para que nuestro país nunca fuera una
amenaza para los americanos y los franco-alemanes. El PSOE, por orden de
estas tres potencias, metió a España en diversos órganos globalistas,
como la UE y la OTAN(en realidad en la OTAN nos metió la UCD, el PSOE
ratificó el tema con un referéndum) y a cambio tuvo que destruir la
industria española, el sistema educativo, el ejército, cerrar cuatro
centrales nucleares y no construir ninguna más, reducir radicalmente la
presencia de los sectores primario y secundario en nuestra economía,
destruir demográfica y culturalmente a España, balcanizar el país, subir
la deuda y los impuestos hasta niveles insostenibles…
Con
todas estas medidas, una vez más, las grandes potencias consiguieron
neutralizar España, siempre perjudicando a la población española, que
hoy es víctima de toda aquella situación que se negoció hace treinta y
cinco años.
Al
acabar la Segunda Guerra mundial la preocupación de los políticos
norte-americanos era evitar que una Alemania independiente y unida
cayera en la órbita de la Unión Soviética, ya que habría nacido una
súper-potencia que habría rivalizado con las potencias anglosajonas. Con
ese objetivo los Estados Unidos crearon a la OTAN y lo que luego fue el
embrión de la Unión Europea, para arrastrar a Alemania (o parte de
ella) hacia Occidente, bajo la “protección” americana. La OTAN era una
estructura militar bajo control norte-americano que, poco a poco, fue
incluyendo a países de Europa Occidental. El general Franco se negó a
que España entrara en ella.
Las semejanzas entre los atentados de Bolonia y de Madrid son innegables.
Pero
la OTAN fue más que eso. Además de la estructura militar visible, la
OTAN creó una serie de ejércitos semi-clandestinos por Europa
Occidental. El objetivo oficial era entrenar a los distintos ejércitos
europeos para prepararlos para una posible invasión soviética. Los
objetivo reales eran dos: impedir que en Europa Occidental llegaran al
poder partidos que pudieran hacer peligrar la hegemonía americana sobre
Europa Occidental y eliminar a políticos molestos que no obedecían las
órdenes del Imperio americano (Carrero Blanco, Aldo Moro). Cada país
tenía su ejército semi-clandestino propio. En Italia, este ejército
recibió el nombre de Gladio.
Es
precisamente en Italia donde este ejército fue más activo. La forma de
actuar de estos grupos Gladio era disfrazarse o crear grupos terroristas
de ultraderecha y ultraizquierda que provocaban actos violentos y
terroristas para:
- Forzar al gobierno del país en el que se realizaban las acciones a pedir la “protección” americana.
-
Crear rechazo a las opciones políticas “radicales” que se oponían a esa
protección para llevar al electorado a opciones “moderadas” de
centro-derecha y centro-izquierda pro-americanas y pro-OTAN.
El atentado de Bolonia
El
2 de agosto de 1980 estallaron varias bombas en la estación de tren de
Bolonia provocando 85 muertos y más de 200 heridos. De entrada se culpó a
grupos tanto de ultraizquierda (usando a falsos testigos) como de
ultraderecha. Años después, una Comisión de Investigación descubrió que,
tras los atentados, miembros de los aparatos del Estado italianos
relacionados con Gladio habían puesto pistas falsas para dificultar el
proceso, incluyendo la colocación de una falsa bomba con explosivos en
un tren. Los dos neofascistas condenados por el atentado siempre se
declararon inocentes, declarando que una "estructura oculta dentro del
Estado" y vinculada con la OTAN, estaba dando una "dirección
estratégica" a todos esos atentados. Todo indica que fue una operación
OTAN-servicios secretos italianos en el contexto de la reorganización
del Mediterráneo que los USA llevaban a cabo en esos momentos. Las
semejanzas entre Bolonia y el 11-M son evidentes, lo que hace pensar que
el autor intelectual de ambos atentados pueda ser el mismo.
El terrorismo en España ¿Fue la Transición una operación Gladio?
El
20 de diciembre de 1973 fue asesinado el presidente del Gobierno Luis
Carrero Blanco. El almirante era un obstáculo para los intereses de USA,
por lo que fue eliminado utilizando como peón al grupo terrorista de
ultraizquierda ETA. El terrorismo continuó durante la Transición,
mayoritariamente en su versión ultraizquierdista aunque también lo hubo
ultraderechista. El resultado fue, por un lado, el reforzamiento de las
opciones “moderadas” pro-americanas y el debilitamiento de las
“radicales”. Por otro lado, ETA, a través de su oleada de asesinatos de
altos mandos militares, descabezó al sector patriótico del ejército
español que se oponía a la disolución de España en el Nuevo Orden
Mundial y que nunca jamás habría permitido que se llegara a la actual
situación de descomposición social y nacional. ETA siguió haciendo
favores a las globalistas. Con su campaña contra la central nuclear de
Lemóniz favoreció los intereses franceses. A cambio, el país galo dejaba
que los etarras se organizaran en suelo francés. El gobierno francés
usó a ETA como chantaje para conseguir todo tipo de cesiones del
gobierno español.
El
asesinato de Carrero Blanco fue el primer Golpe de Estado de la era
moderna en España. El 23-F fue el segundo y el 11-M fue el tercero. Los
tres tienen algo en común. Son llevados a cabo en momentos en los que el
gobernante de turno en España está llevando a cabo acciones contrarias a
los planes del Nuevo Orden Mundial: Carrero Blanco en 1973, Suárez en
el 81 y Aznar en 2004.
¿Se desmontó Gladio tras el final de la Guerra Fría?
Tras
la caída del muro de Berlín y el final del Comunismo, la OTAN se quedó
sin su excusa oficial para justificar Gladio: la amenaza
comunista-soviética. Aquellos grupos terroristas de la Guerra Fría
desaparecieron (menos ETA, curiosamente) Pero USA-OTAN no tenía ninguna
intención de marcharse de su “protectorado” europeo. No solo eso, sino
que para implantar la Globalización Capitalista tenían que encontrar una
nueva excusa para justificar su presencia militar, no solo en Europa,
sino en todo el mundo. La solución se llamo “terrorismo islámico”. Es
importante aclarar que no negamos la existencia de grupos islámicos
violentos, pero es evidente la conexión de la llamada Al Qaeda (la nueva
Gladio) con el eje Estados Unidos-OTAN-Israel-Arabia Saudí. La vimos en
los años 80 en Afganistán, en los 90 en Serbia y Kosovo, en los
extraños atentados del 11-S en 2001, hace pocos años en Libia y en la
actualidad en Siria.
El 11 de septiembre.
El
11 de septiembre de 2001 tienen lugar los terribles atentados contra
las Torres Gemelas y el Pentágono. En ese momento, todos creyeron la
autoría islamista del mismo por parte de un grupo terrorista llamado Al
Qaeda dirigido por un millonario saudí llamado Osama Ben Laden. Con el
paso de los años esta versión oficial se ha ido desmoronando y son cada
vez los indicios de que aquello fue un auto-atentado en el que participó
parte de la élite norte-americana con la más que probable cooperación
de elementos saudíes e israelíes.
La alianza de Aznar con Bush le acabó saliendo muy cara.
Sea
lo que sea, el entonces presidente español José María Aznar vio su
oportunidad. Después de obtener la mayoría absoluta en el año 2000,
empezó a centrarse en la política internacional, buscando la manera de
darle a España un papel importante. Además, se planteó la manera de
terminar para siempre con la banda terrorista ETA. Aznar, que hasta ese
momento había llevado una política internacional de neutralidad, vio los
atentados del 11-S como su gran oportunidad para buscar el apoyo de los
Estados Unidos. El 11-S había metido a Estados Unidos en la misma
“guerra contra el terrorismo” en la que España llevaba décadas, por lo
que Aznar vio en el pacto con los USA la manera de obtener tecnología
punta en materia anti-terrorista y acabar con los apoyos internacionales
de ETA. Además, los USA serían el aliado ideal para promover el papel
internacional de España, ya que, a nivel europeo, el eje franco-alemán
que controlaba la Unión Europea no iba a permitir que ningún otro país
le hiciera sombra.
Enfrentamiento de España con el eje franco-alemán
Con
el apoyo norte-americano, Aznar empezó a promover una alianza europea
que hiciera de contrapeso al eje franco-alemán. Así, consiguió crear un
eje España-Italia-Polonia-Inglaterra con el fin de liberar a España de
la tutela alemana y, sobre todo, francesa. El país galo se había hecho
con una parte importante de la economía española desde la Transición, y
lo había hecho en parte forzando a los gobiernos españoles del PSOE a
destruir la economía productiva española, usando en cierto modo a ETA
como chantaje. A esto había que añadir la pinza constante que Francia
hacía con Marruecos contra España. Aznar consiguió su primer gran
triunfo con el Tratado de Niza, acuerdo europeo que aumentaba
considerablemente la influencia española y polaca en la UE, a costa de
debilitar la de Francia y Alemania. Enseguida, franceses y alemanes se
pusieron a maniobrar para derogar dicho Tratado, pero Aznar bloqueaba el
proyecto. A este conflicto se unía el que España tenía con Marruecos
por el descubrimiento de petróleo en la zona marítima entre las Islas
Canarias y el Sahara. Es en este contexto cuando se lleva a cabo la
crisis de Perejil, islote español cerca de las costas de Marruecos, y
que fue ocupado por soldados marroquíes.
Francia
y Alemania se negaron a ayudar a España. Más bien lo contrario, ya que
es evidente que Marruecos no lleva a cabo una acción como esta sin el
consentimiento francés. No sólo eso, sino que el presidente francés
Jacques Chirac, pidió a Aznar que “devolviera” Ceuta y Melilla a
Marruecos. Tras varios días de tensión, el gobierno norte-americano
intervino instando a los marroquíes a que se marcharan del islote, que
fue recuperado por varios soldados españoles.
Más
tarde, para aumentar aún más la tensión entre Francia y España, el
gobierno de Aznar, de acuerdo con las potencias anglosajonas, envió dos
barcos rumbo a Guinea Ecuatorial, país rico en petróleo. El motivo es
aprovechar la ausencia del dictador Obiang para dar un golpe de Estado,
echar a las petroleras francesas de Guinea y que las españolas se queden
con su parte del pastel, que sería compartido con las petroleras
norte-americanas que ya operaban en ese país. Pero Francia fue avisada a
tiempo y la misión tuvo que abortarse.
La guerra de Iraq.
Las
tensiones de España con los franco-alemanes y el incidente de Guinea
tenían lugar en un contexto internacional más amplio. En concreto, en
aquel momento toda la atención mundial giraba en torno a la Guerra de
Iraq. Es en el año 2002 cuando el gobierno de George Bush empieza a
hacer sonar los tambores de guerra contra el país árabe, con la excusa
de que su líder, Saddam Hussein, planeaba entregarle armas de
destrucción masiva a Al-Qaeda.
Los
Estados Unidos fueron a la ONU para buscar cobertura legal, pero varios
países vetaron el proyecto. Entre ellos estaban Francia y Alemania.
Ninguno de los dos países creían los argumentos norte-americanos (con
toda la razón, ya que eran evidentemente falsos) pero había algo más.
Alemania, y sobre todo Francia, tenían acuerdos tecnológicos, económicos
y energéticos con Iraq y una invasión americana de este país acabaría
con los mismos. Era evidente que el Imperio americano quería hacerse con
la mayor parte de las reservas energéticas posibles y que quería
hacerlo a costa de Francia. Había más motivos para justificar la
invasión, aunque poco se habló de ellos, incluso por parte de la
izquierda anti-guerra.
Destruir
a todos los enemigos de Israel en Oriente Medio era uno de ellos.
Atacando a Iraq se derrocaba a Saddam Hussein, una de las mayores
pesadillas de Israel durante décadas. Además, se rodeaba a Irán (los
americanos ya estaban en Afganistán) que era el siguiente candidato a
ser destruido, junto a Siria, como vemos hoy en día. Irán y Siria eran
los principales apoyos de Hamas y Hezbollah, principales fuerzas
anti-israelíes. Pero además de esto, Saddam había anunciado su intención
de dejar de vender su petróleo en dólares para empezar a hacerlo en
euros(1). Esto hubiera sido muy peligroso para los Estados Unidos, cuya
hegemonía mundial depende de que su moneda, el dólar, sea la moneda
principal en las transacciones internacionales.
Aznar
vio una nueva oportunidad para profundizar en su estrategia. Junto al
resto de países de la coalición europea alternativa a la franco-alemana,
apoyó incondicionalmente a Estados Unidos en su guerra contra Iraq,
ampliando así su enfrentamiento con Francia y Alemania (2)
(1)http://www.laondadigital.com/laonda/LaOnda/201-300/239/A3.htm(2)http://www.lavanguardia.com/internacional/20030130/51262768794/la-guerra-contra-iraq-divide-a-europa.html
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