viernes, 19 de julio de 2013

RECONOCIDOS PRODUCTOS ARTESANALES DE HISPANIA

A lo largo del relato del reconocido geógrafo Estrabón son mencionados varios de las más importantes industrias artesanales de la Hispania romana en el periodo Altoimperial ( siglos I-II ).

Los astilleros de Gades ( Cádiz ), preservando la antiquísima tradición de los navegantes fenicios, producían tanto navíos de altura como de bajura. Los primeros incluso eran capaces de realizar travesías hasta Alejandría y habitualmente transportaban mercancías hasta Ostia, el puerto de la ciudad de Roma. Los últimos, de menor porte, eran conocidos como “caballos” por la forma de su mascarón de proa y se utilizaban para pescar en las costas mauritanas, en el actual banco sahariano. Esta manufactura naval se reproducía en muchos puertos del sur de Hispania.

Vinculadas a los equipamientos de los navíos y a otros usos estaba el trabajo del esparto en Cartago Nova y sus alrededores Según describe minuciosamente Plinio, las variedades idóneas de esparto solo se daban en esa área, y descalificaba el esparto africano considerándolo inapropiado y sin las cualidades necesarias. El esparto crecía de forma silvestre en los sectores esteparios, y tenía múltiples aplicaciones: elaboración de camas, como combustible para el fuego y el alumbrado, para la confección de calzado e incluso vestidos bastos.

Pero su aplicación más exitosa era la cordelería, sobre todo cabos y aparejos para barcos. Plinio describe el proceso de tratamiento de la materia prima, mediante una sucesión de etapas de secado y maceración hasta obtener la fibra idónea que era finalmente elaborada por los artesanos.

Otro apartado ensalzado en las habilidades manuales de los artífices hispanos era la metalurgia, herederas de las afamadas fundiciones célticas de la Meseta. Diodoro Sículo y Filón de Bizancio mencionan los procedimientos y alababan la calidad de los artículos resultantes. Marcial cita expresamente las fundiciones de Bilbilis ( Calatayud ) y Turiaso.

Igualmente reconocidos eran los núcleos textiles de Ampurias, especializados en el lino y sucesores de la tradición colonial griega, y las abundantes tejerías que florecían ene el sur hispánico, sobresaliendo los paños confeccionados por los saltietes.

Respecto a la alfarería, eran alabados los vasos saguntinos y los de Pisaroca ( Herrera de Pisuerga ). En cerámica generalista se han localizado abundantes restos de talleres por toda la Península ( Andújar, Uxama, La Catria, Oliva, Logroño, Azanque, etc ) Otros elementos contenedores más finos se creaban con vidrio,  en instalaciones ubicadas en Santa Colomba de Somoza y Mataró.

En el apartado agroalimentario, aparte de las innumerables transformaciones de vino y aceite de oliva ( por poner un ejemplo, la almazara de la villa de Los Cipreses en Jumilla ), destacaba la producción de salazones. Estrabón menciona factorías especializadas en salazón en Mollaria, Baelo ( en el estrecho de Gibraltar ), en Malaca, Sexi, Baria y Cartago Nova. La explotación salinera estaba asociada estrechamente a esta actividad conservera. El producto estrella era el “garum sociarum”, una cotizada salsa cuya elaboración narra Marcial: depositando en un recipiente de 30 litros una base de hierbas locales ( tomillo, orégano, anís, etc ) con pescados despiezados  ( sardinas, salmones, anguilas, etc ) recubiertos de sal y dejados reposar  y removidos después durante algo menos de un mes.

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