Respecto a los capítulos XI y XII de la introducción de la célebre obra de Spengler:
El trabajo de Spengler puede considerarse como un terreno fértil para la comparación de sus tesis con el panorama de nuestros días.
Resalta el carácter biológico y natural del hombre, considerando sus grandes agrupaciones sociales y étnicas como organismos culturales sujetos a las fases de juventud, crecimiento, florecimiento y decadencia. Las culturas son así vistas como "grandes individuos".A partir de esa premisa la Historia se convierte en una especie de biografía en la que aparecen las antedichas etapas evolutivas.
A partir de la página 60 de la edición de Austral, encontramos las diferencias interpretativas y del significado de la Historia realizadas precisamente en los sucesivos momentos históricos por los estudiosos. Por ejemplo, considera que Petrarca ( siglo XIV ) o la escuela de Weimar ( siglo XVIII ) rindieron un culto exagerado y distorsionado a una Antigüedad adapatada exprofeso a su propia visión de las cosas, situación que llegó a la irrisión en la adaptación de esa Antigüedad clásica por las tertulias y salones de los revolucionarios masónicos franceses, en su caso tratando de identificarse con los republicanos romanos.
Spengler cita en particular el choque entre la recreación intelectualizada que hacia Goethe del mundo clásico y la realidad más prosaica que percibió de esa misma Antigüedad durante sus visitas a Italia, donde apreció de primera mano la funcionalidad de los restos arqueológicos y las usanzas habituales de las costumbres del mundo mediterraneo, con lo que matizó sus primeras conclusiones apasionadas.
Enuncia en el capítulo 12 que existe una igualdad entre los diferentes planos de las civilizaciones ( planos entendidos como fenómenos religiosos, económicos, artísticos, sociales y políticos ) Solamente es distinto el brillo o potencia de su manifestación , sin entrar en juicios morales. La definición textual de civilización la establece como " secuencia lógica, como plenitud y término de una cultura".
El elemento primigenio vendría dado por una "cultura" propia de cada pueblo biológico, con una manifestación particular y peculiar. De nuevo emplea el paralelismo de las fases de la evolución de un organismo para extrapolarlo como válido en el caso de un organismo múltiple en forma de comunidad de individuos. La "civilización" sería el remate final de una cultura superior, o si se prefiere decirlo de otro modo, de una cultura madura y compleja. Y por eso mismo, necesariamente artificiosa, y paulatinamente más artificiosa conforme se acerca a su término.
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