Hasta el gran farsante de la Moncloa ha tenido finalmente que abandonar sus últimos embustes y distorsiones. Hasta sus seguidores mas incondicionales han tenido que quitarse la venda de los ojos y reconocer el callejón sin salida al que nos ha conducido el brazo socialistillo de la partitocracia. No ha quedado mas remedio que apuntalar la estabilidad financiera. Como dice el escritor mexicano Salvador Borrego en su obra "Economía destructora": "¿ Más empleo y producción?: Secundario. Prioritario: cumplirle a Wall Street."
Tal vez sea cierto que ya no quedaba otro remedio que recortar el disparatado gasto y la deuda acelerada de la administración. Tambien es probable que si se hubiera contado toda la verdad hace dos años las medidas y el sacrificio necesario hubieran sido menores.
Pero lo cierto es que esta semana hemos contemplamos finalmente al descubierto las miserias del régimen del 78 en España y en general de todos los paises que se han entregado al mundialismo: la desvergüenza de los políticos insttitucionales que no dudan en mentir y confundir los hechos con tal de logra rédito electoral a muy corto plazo, aun a pesar de quedar absolutamente en evidencia al poco tiempo, como le ha sucedido a nuestro charlatan presidencial. Y como fondo un descubrimiento para las mentes vulgares, un convencimiento que otros habiamos ya madurado anteriormente: la aparente y chillona prosperidad que el mundialismo otorga puede ser quitada dolorosamente en cualquier momento.
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