Inmediatamente despues de concluida la Reconquista militar se planteaba la etapa siguiente: la consolidación a traves de la Reconquista civil, traducida en el proceso de repoblación.
Para las familias cristianas la constitución del reino murciano ofrecía la oportunidad alcanzar una vida más próspera y ventajosa. De hecho, la amplia franja de territorios adquiridos en el sur penínsular creaba tal cúmulo de oportunidades que se hizo difícil encontrar colonos para el valle del Segura y sus aledaños.
Podemos distinguir 3 oleadas de repoblación en el caso concreto del concejo de la ciudad de Murcia:
- La primera, comenzada en vida de Fernando III el Santo. solo tuvo carácter puntual, como el donadío de la aldea de Alcantarilla cedido en 1251 a la orden de Alcántara. Mantenida bajo su hijo y sucesor Alfonso X, este aplicó la institución del repartimiento a partir de 1257 concediendo 4.000 tahullas al núcleo de pobladores cristiano-castellanos en el arrabal de San Juan y fomentó la compra de otras tierras.
- La segunda oleada se produjo al socaire de la derrota del levantamiento mudéjar de 1264-66. Tras la huida o muerte de muchos de los habitantes islámicos, Jaime I de Aragón procedió a concesiones para sus nobles estimadas en 3.000 tahullas.
- La tercera, tras el restablecimiento de la autoridad castellana y el repliegue de las fuerzas aragonesas se acometió entre junio de 1266 y octubre de 1267. Afectó a una gran superficie de la huerta, unas 35.000 tahullas, con el asentamiento de 1.600 familias cristianas.
En años posteriores se consolidó el control, con otros 3 repartimientos acaecidos entre 1269 y 1272, que terminaron por afirmar el predominio castellano respecto a la propiedad territorial.
Los otros núcleos importantes del reino murciano, como Lorca, Cartagena y Cieza repetieron esta pauta. En Lorca el exilio mudéjar fue mucho más acentuado, con diversos repartimientos entre 1257-1272 que colocaron 4.500 tahullas en propiedad cristiana. El carácter fronterizo, debido a la proximidad del restante estado musulmán de Granada, la convirtió en un area expuesta que obligó a una mayor concentración de la población y a limitar la dispersión rural por motivos de seguridad. En Cieza la vieja medina islámica del cerro del Castillo fue completamente arrasada durante la represión de la rebelión de 1264-66 y los repobladores cristianos llegados a partir de 1270 optaron por acomodarse en un emplazamiento cercano en la llanura de la margen izquierda del Segura. El propio Alfonso X, durante un viaje de inspección se detuvo en Cieza en junio de 1272 y atendió a la estructuración del concejo local, concediendole exenciones fiscales a fin de estabilizar el reciente asentamiento.
En lo que respecta al origen de los instalados, consta que aproximadamente la mitad de los distribuidos en las villas de Murcia, Orihuela y otros puntos del Bajo Segura eran originarios de la Corona de Aragón ( Cataluña, Aragón y reasentados de Mallorca y Valencia, tambien ultimamente reconquistadas ), un 25% de ascendencia castellana y el otro cuarto restante sin filiación reconocida clara pero que incluiría castellanos, navarros y "francos" ( franceses e incluso alguna familia italiana ). En cambio las comarcas de Lorca y Cartagena el predominio de colonos de procedencia castellana fue claro, con la mitad de los efectivos presentes, más un tercio correspondiente a subditos aragoneses.
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